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Introducción

¿Y si te dijeran que el Derecho también puede comunicarse con recursos visuales, colores y palabras simples, sin perder rigurosidad ni validez? Aunque suene disruptivo, esta es la apuesta del Legal Design, una metodología que busca transformar la manera en la que se comunican y prestan los servicios jurídicos, partiendo del entendimiento de que el Derecho no solo debe ser legalmente correcto, sino también comprensible y útil para las personas. En un contexto donde las complejidades del lenguaje jurídico impactan en el acceso a la justicia, es urgente repensar cómo nos comunicamos desde el Derecho.

Este artículo aborda cómo la metodología del Legal Design con el apoyo de tecnologías como la inteligencia artificial puede transformar la forma en que los abogados interactúan con los usuarios finales, mejorando el acceso a la justicia.

Argumentos

El lenguaje jurídico tradicional, cargado de tecnicismos, ha creado una barrera entre el derecho y las personas de a pie, quienes ajenas al “vocabulario subtécnico”, necesitan mediadores que traduzcan el contenido legal del cual son beneficiarios directos, generando así una desconexión y desconfianza con la justicia.

Aquí es donde el Legal Design cobra sentido, su enfoque parte de la empatía que consiste en entender a quién nos dirigimos y cómo hacer accesible el contenido jurídico sin sacrificar su validez. El Legal Design no se limita a mejorar la estética de un documento sino que busca rediseñar la experiencia del usuario, haciendo del Derecho una herramienta cercana, comprensible y efectiva.

Además, la inteligencia artificial se presenta como un aliado clave al implementar esta metodología, ya que nos permite traducir textos jurídicos a lenguaje claro, generar visualizaciones comprensibles y analizar grandes volúmenes de datos para conocer mejor a los usuarios.

Lo anterior no implica una desvalorización del papel del abogado dado que este tipo de herramientas están entrenadas y programadas desde la lógica pero los seres humanos rara vez actuamos únicamente motivados por ella. Por lo tanto un abogado que tenga desarrolladas las denominadas habilidades blandas como la empatía, al usar la tecnología como apoyo, obtiene un valor agregado que les permite ofrecer un servicio más personalizado y efectivo para sus clientes.

En Colombia, ya existen avances significativos en el ámbito del legal Design como la herramienta “Pretutela”, la sentencia de fácil lectura (T-262-2022) y el comic del Acuerdo de Escazú. Estos ejemplos demuestran que es posible transformar la forma en la que se comunica el Derecho y que dicha transformación ya está en proceso.

Conclusión

Ante este panorama, el rol del abogado está llamado a evolucionar de ser un simple intérprete de normas a convertirse en un diseñador de experiencias jurídicas centradas en el usuario.

Herramientas como el Legal Design, complementadas por la inteligencia artificial, permiten transformar la forma en que se comunica el Derecho, contribuyendo al cierre de la brecha entre la justicia y las personas al hacerlo más comprensible, útil y accesible.

De esta manera invito a mis colegas a asumir el reto de innovar en la forma de comunicar el Derecho e implementar estas nuevas metodologías que centran todo el foco de atención en las necesidades de los usuarios, cumpliendo así con nuestra función social.

Juliana Gacharná

Estudiante del Programa de Derecho

Universidad de San Buenaventura Cali

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