viernes, 1 de agosto de 2025
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La Casa Blanca acaba de prender la tostadora. El 30 de julio, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que eleva del 10 % al 50 % los aranceles sobre la mayoría de los bienes brasileños, incluida la joya de su corona agrícola: el café arábico. La medida, justificada como represalia política por el juicio al ex-mandatario Jair Bolsonaro, marca el giro más abrupto en décadas en las relaciones comerciales entre los dos mayores proveedores de granos a la taza del mundo y su principal consumidor: Estados Unidos.
Por qué importa para el mercado mundial
Brasil abastece alrededor de un tercio del consumo cafetero estadounidense. Ponerle un sobrecosto de 50 % encarece súbitamente la materia prima que alimenta cadenas como Starbucks y gigantes como JM Smucker. No sorprende que los futuros del arábica saltaran hasta 3,5 % en la ICE (Intercontinental Exchange) de Nueva York tras el anuncio, ni que los tostadores hayan advertido al público de nuevos incrementos en el precio final de la taza, que ya subió 9 % en lo que va de 2025.
Un trasfondo más político que agrícola
La decisión estadounidense no nace de un desequilibrio comercial, sino de la ira de Washington por la causa judicial contra Bolsonaro. Es un castigo diplomático con efectos colaterales agrícolas: el grano queda atrapado en el fuego cruzado de la política. Brasil, por su parte, calcula que 35,9 % de sus exportaciones al mercado norteamericano sufrirán el nuevo tributo y ya negocia una exención urgente para el café. Mientras tanto, productores brasileños hablan de desviar hasta dos millones de sacos hacia Europa y Asia.
La oportunidad (y el reto) para Colombia
Aquí es donde entra en juego el grano colombiano. Colombia, es el segundo abastecedor de EE. UU., con el 27 % de las importaciones de café verde. Si, como anticipan analistas de Reuters, el arancel “congela” el flujo brasileño hacia Norteamérica, la demanda tendrá que buscar refugio. Y el refugio natural es Colombia: perfil de arábica suave, marca país consolidada y logística ya instalada.
Pero la capacidad no es infinita. El último informe del USDA proyecta la cosecha colombiana 2025/26 en 12,5 millones de sacos, 5,3 % menos que el ciclo previo, por exceso de lluvias. Es decir, justo cuando el mercado más la necesita, la oferta se contrae. El resultado probable: primas más altas para el “Excelso” colombiano y mayor tensión sobre márgenes de tostadores y cafeterías.
¿Un premio amargo?
Para el productor colombiano, el cuadro luce seductor: precios internacionales que podrían escalar otro 10-15 % si el déficit brasileño se confirma, según cálculos de corredurías consultadas por Bloomberg. Sin embargo, la bonanza viene con tres asteriscos:
1. Capacidad límite. Con un parque cafetero envejecido y finanzas golpeadas por la inflación de insumos, expandir área sembrada no ocurre de la noche a la mañana.
2. Riesgo de contagio arancelario. Washington ya amagó con un gravamen del 10 % a Colombia dentro de su cruzada de “reciprocidad” . Una escalada similar pulverizaría parte de la ganancia de precio.
3. Desplazamiento geográfico. Brasil redirigirá excedentes a la Unión Europea y a Asia, presionando a la baja las cotizaciones en esos destinos y diluyendo el beneficio a escala global.
Lo que viene
A corto plazo, Colombia cosecha un dividendo inesperado. El valor FOB podría rebasar los 3,50 USD por libra si la prima sobre el arábica brasileño se ensancha, y la Federación Nacional de Cafeteros ya explora contratos de entrega rápida a tostadores estadounidenses que buscan blindarse antes del 1 de agosto.
Pero el “viento de cola” durará tanto como dure la luna de miel proteccionista. Un acuerdo político entre Washington y Brasil tumbaría el arancel en cuestión de semanas; un paso en falso diplomático podría extenderlo y, de paso, incluir a otros exportadores latinoamericanos. Ante la incertidumbre, la mejor estrategia para Colombia no es solo vender más a EE. UU., sino diversificar mercados y acelerar la renovación de cafetales para no fallar cuando el mercado llame a la puerta.
En la economía global, los aranceles son como el espresso: concentran en pocos sorbos una dosis potente de oportunidades y riesgos. Para Colombia, esta ronda llega cargada. Ahora toca decidir si el país la bebe con prudencia o se quema los labios.
Fuentes
· Intercontinental Exchange. (s. f.). Coffee “C” – The benchmark contract (folleto PDF). ice.com
· Intercontinental Exchange. (2025, 30 julio). Coffee “C” Options – Contract specifications. ice.com
· Intercontinental Exchange. (2025). Coffee “C” Futures – Contract specifications. ice.com
· Investopedia. (s. f.). New York Board of Trade (NYBOT): Meaning, How it Works, Example. Investopedia
· Wikipedia contribuidores. (s. f.). Coffee, Sugar and Cocoa Exchange. Wikipedia, la enciclopedia libre.
Oscar Fernando García Saavedra
Director del programa de Finanzas y Negocios Internacionales
Universidad de San Buenaventura Cali