miércoles, 11 de diciembre de 2024
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En términos de planeación, nuestro país encuentra antecedentes importantes en el ámbito económico. Misiones como la denominada Kemmerer en 1923 -dio como resultado la creación del Banco de la República-, Lauchlin Currie en 1930 – entregó como producto The Basis of a Development Programme for Colombia-, Grove en 1945 – realizó el diagnosticó edl sistema bancario colombiano y expuso la necesidad de dotar de instrumentos al Banco Central- incluso, nuestro modelo económico proteccionista que apuntaba a convertirnos en un país industrializado, evidenciaban la necesidad que teníamos para ese momento de intervenir en nuestro contexto organizando la casa ¿de qué otra forma podíamos prepararnos para dar el salto al ansiado escalón denominado desarrollo?
Y ese salto ansiado y documentado 94 años atrás sigue aún sin darse. Hemos pasado décadas enteras, gobierno tras gobierno tratando de solucionar aquello que requiere atención casi que inmediata y hemos perdido el norte enfocándonos en una planeación a corto plazo en donde el horizonte temporal se establece en cuatro años, el ¿a dónde queremos llegar? Es sustituido de manera frecuente por ¿qué podemos hacer? Y esto se convierte en un límite para arriesgarse a liderar las transformaciones estructurales que como la historia nos ha mostrado, requieren de tiempo.
Resulta entonces pertinente en este punto traer el caso de China que es un referente cuando se quieren abordar temas como el crecimiento económico. Durante las últimas décadas, han presentado un crecimiento económico sin precedentes llegando incluso a registrar según datos del Banco Mundial un incremento promedio en su Producto Interno Bruto para el periodo 2009 – 2019 cercano al 8% -sin ser este su valor más alto-; ante esto, vale la pena preguntarse ¿cómo lo han logrado? Y seguramente entre las posibles respuestas encontraremos, la planeación de su desarrollo.
Centrarse en establecer las bases de su modelo económico en línea con las dinámicas del sistema internacional durante el periodo 1980 – 2000 para después profundizarlo entre los años 2001 y 2020 permitieron que China se convirtiera en uno de los principales socios comerciales de mundo. Sin embargo, su exitoso modelo no les ha impedido ser críticos y por eso, conscientes del agotamiento que viene presentando y el riesgo que supone el alto peso de las exportaciones dentro del Producto Interno Bruto en un contexto volátil, su apuesta para este momento está enfocada en darle la vuelta al modelo, en fortalecer el mercado interno y que el sector externo sea un complemento ¿les permitirá este modelo seguir siendo una de las principales economías del mundo? El tiempo lo dirá, pero si algo es claro es su visión y de terminación, ya lo han demostrado. Para concluir, aunque mi escrito destine un mayor número de líneas a China y el título se refiera a Cali, esto es producto de la pequeña esperanza que habita en nuestra ciudad. El Plan Cali 500+ nos muestra que al menos, estamos pensando en serio en el largo plazo y si bien es cierto el reto es gigante, nos esperan de momento 12 años para materializar la Cali que soñamos.
Jeniffer Noreña Serna
Docente-Investigadora de la Escuela de Gobierno de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
Economista, Magister en Políticas Públicas
Universidad de San Buenaventura, Colombia